SECRETARÍA DE CULTURA DEL GOBIERNO DEL DISTRITO FEDERAL

Esta queja es sobre la Secretaría de Cultura del Gobierno del Distrito Federal.


SECRETARÍA DE CULTURA DEL GOBIERNO DEL DISTRITO FEDERAL


Y es que resulta que tengo un amigo que precisamente trabaja en la Secretaría de Cultura del Gobierno del Distrito Federal, que se salvó de puro milagro del recorte de personal que hubo con el cambio de administración entre el gobierno de Ebrad y el de Mancera.

Hay que decirlo, el gobierno de Ebrad no era precisamente la mejor de las administraciones, pero en el caso de la Secretaría de Cultura al menos se habían salvado bastantes de los programas de la administración anterior y mucho del personal.

El antiguo personal, me consta porque trabajé con varios de ellos, eran personas con la firme convicción de que toda la población, sin importar la cantidad de sus ingresos o su formación académica, tenían derecho a acceder a espectáculos y eventos culturales, y a desarrollar actividades que promovieran la cultura en sus comunidades.

Sin importar lo que en ese entonces entendiera la Secretaría de Cultura del D.F. por "cultura", o las críticas que se le hacían por llevar espectáculos de alta calidad a las colonias populares pero sin capacitar a las comunidades para apreciar estos eventos; lo cierto es que al menos era un avance dentro de la administración pública el tratar de elevar la calidad de vida (o entretenimiento) de los habitantes del Distrito Federal.

En cambio, la administración de Mancera ha inundado la Secretaría de Cultural del Gobierno del Distrito Federal con gente elitista, para quienes la cultura es un derecho sólo para las clases privilegiadas, porque según ellos las "masas" no tienen la educación suficiente para apreciarla. O al menos eso me cuenta mi amigo, quien se siente terriblemente frustrado por esta situación.

Son personas que sacan comentarios como "¿Y yo por qué tendría que ir a un libroclub miserable en una colonia miserable?". Y en manos de estas personas está el programa cultural del Distrito Federal.

Sí, quizá en las colonias populares las personas no tengan suficiente preparación para apreciar algunos aspectos culturales diferentes a lo que viven día a día; pero ¿no sería precisamente obligación del Estado educar a sus ciudadanos en este sentido? ¿no se supone además que el Estado tiene la obligación de gobernarnos a todos y no sólo a las clases altas? ¿no es obligación del Gobierno hacer actividades para todos sus ciudadanos?

Y si uno de por sí ya está harto de este gobierno dizque de izquierda, cuando se escuchan este tipo de cosas se pierde toda esperanza; pero como diría una amiga, ¿a quién se le ocurre votar por un jefe de policía para que sea alcalde de la ciudad?

El gobierno de Mancera es un asco, y definitivamente puso a una loca a cargo de la Secretaría de Cultura del Gobierno del Distrito Federal (o eso me cuentan).

BANCO AZTECA APESTA

Banco Azteca apesta, eso no es noticia y todo el mundo lo sabe: altísimas tasas de interés en los crédito, mal servicio en los bancos, larguísimas filas, malos productos.


BANCO AZTECA APESTA


Pero particularmente digo que Banco Azteca apesta por algo que sucedió ayer.

Ahí estaba yo, en la sucursal de Banco Azteca que está sobre Cuauhtémoc a media cuadra del metro Eugenia, formada en una enoooooooorme fila. La gente se empezaba a acumular y sólo había una caja abierta.

Como había demasiada gente y el servicio era muy lento, a una pobre e ingenua mujer se le ocurrió preguntarle al gerente: "Oiga, no podría abrir la otra caja para acelerar el servicio, la gente se está molestando".

A lo que el gerente simplemente respondió: "No". Al ver la mirada de furia de la fila entera, quiso justificarse un poco agregando: "Hace rato estaba apoyando al compañero porque estaban haciendo movimiento de dinero muy fuertes, pero si ahora quiero volver a entrar a la caja tendré que esperar veinte minutos a que abra la puerta".

Inútil caso, el empleado de Banco Azteca prefería que la gente hiciera fila por dos horas a que él tuviera que esperar 20 minutos para entrar a trabajar.

En fin, seguí haciendo fila (como por veinte minutos por cierto), el objetivo era sacar dinero de mi cuenta de ahorro para pagar varios recibos telefónicos, y cuando por fin llego me dice el joven de la caja: "Es que no tengo dinero".

¿Qué qué? Largo rato esperando para qué me digan "No tengo dinero" ¡PERO SI ES UN BANCO!

No es posible que vayas a un banco a sacar dinero y te digan que ¡no tienen dinero! Y encima de todo el chico sin pena ni gloria me dice: "Si quieres le hablo al gerente para que me fondee, ah no puedo, está atendiendo a un cliente". Así sin más.

¡BANCO AZTECA APESTA!


Debo reconocer que como muchos otros clientes quejosos, no me quedé a reclamar. Acababa de salir del trabajo, estaba cansada, mis hijos me estaban esperando y tenía prisa, definitivamente lo que menos quería en ese momento era sostener un pleito con un inepto gerente.

Sí ok, estamos de acuerdo que Banco Azteca es una empresa de bajo perfil, pero eso no le da derecho a dar un pésimo servicio, tratar mal a los clientes y ni siquiera ejercer sus funciones de banco.

ODIO MI TRABAJO

En serio, odio mi trabajo y no sé cómo es que llegó a pasar.


ODIO MI TRABAJO


Al principio jamás me pasó por la cabeza el sólo pensar en la frase "odio mi trabajo", pero sucedió. Antes era todo tan divertido: nuevas personas, la oportunidad de trabajar en una organización que hace algo por la gente, buena paga.

Y después de dos años de estar haciendo las mismas cosas, con el mismo salario (resulta que con la retención de impuestos no es tan buena paga), trabajando incluso fines de semana y dejando dinero entre pasajes y reposiciones que nunca llegan, es el momento de decir: "Odio mi trabajo".

Realmente odio mi trabajo porque resultó ser una gran decepción, pensé que trabajar en una organización llena de activistas sería y genial, y sí el activismo es genial... cuando no trabajas en el movimiento. Afuera como activista, tú puedes usar el chaleco, juntar firmas, ser igual que el resto de tus colegas y que te tomen en cuenta. Adentro, quizás te tomen en cuenta si eres responsable de área, pero no cuando eres la chica que contesta los teléfonos.

Y no importa que haya pasado cuatro años de mi vida en la universidad, que sepa desarrollar proyectos con objetivos y metas, que tenga una alta capacidad de análisis.

Todo eso no cuenta porque al momento de asistir a una reunión no falta el hombre que te pregunta ¿y quién va a contestar el teléfono?; no importa porque cuando das información por teléfono o presencialmente, forzosamente quieren ver al Director o al Responsable de Área, porque tú seguramente no sabes (aunque el Responsable de Área termine diciéndole exactamente lo mismo que tú le dirás, o peor, que te pregunte a ti qué decirle); no importa porque igual tienes una jefa que te trata como tonta por ser más joven y por ser tu jefa, que se la pasa diciéndote como vestir, cómo hablar, como criar a tus hijos (sin importar que ella sea una bruta que se le pasa gritándole a su hija de ocho años); no importa porque cuando llega alguien de visita tú sólo estás ahí para "recibir con una enorme sonrisa".

Este debe ser el peor trabajo que he tenido y por eso lo odio, no hay estímulos ni nadie que te trate como gente inteligente, la paga es miserable y si se te ocurre hablar de un aumento de sueldo entonces eres una oportunista malagradecida, con tantos que estarían muriendo por un empleo, con la situación como está. Porque si hablas de explotación laboral significa entonces que no tienes compromiso.

Lo peor de todo es que es cierto, no es tan fácil conseguir trabajo, y por eso uno se ve obligado aquí a aguantar cual esclavo romano, en espera de poder comprar su libertad, o lo que es lo mismo: "mientras encuentro otra cosa".

Odio mi trabajo porque todo el mundo cree que es lo máximo trabajar aquí, será porque no saben que una chica renunció porque se sentía invisible y los compañeros la trataban como si fuera un ogro sólo por hacer su trabajo. O que otro se fue porque sentía que nadie lo quería aquí, y tenía razón: de hecho el Director se quejaba constantemente de que él no era la persona idónea para ese puesto pero que había que conformarse porque es lo que podíamos pagar ¿cómo puedes hablar así de tu propio equipo de trabajo?

Odio mi trabajo porque cuando alguien renuncia, lo primero que dicen aquí es: "que bueno, porque si no hubiera costado mucho dinero pagar un despido injustificado".

Odio mi trabajo porque es un mundo de hipocresía en donde todos se van juntos de parranda, comen juntos, se hacen fiestas de cumpleaños y se hacen obsequios; pero cuando los escuchas hablar en los pasillos, se la pasan hablando mal unos de otros, con burlas y con hartazgo.

Pero aunque odie mi trabajo no queda otra que aguantar, hasta encontrar otro o sacarme la lotería, lo que suceda primero.

TENGO MENOS DINERO QUE

Pues ahí está uno checando sus ganancias cuando de repente noto que tengo menos dinero que...


TENGO MENOS DINERO QUE


¡Que la última vez que miré! Así es, tengo menos dinero que el que se suponía era. Para ser más exactos, son 2.50 dólares menos.

Sí, muchos ya me habían dicho que el programa robaba dinero, que no te pagaban todo lo que te tenían que pagar, que al llegar al mínimo para cobrar te "baneaban" la cuenta. Por supuesto yo no puedo hacer semejantes afirmaciones, hasta el momento me han pagado todo mi dinero en tiempo y forma, llevo ya tres cheques y nunca me han dicho algo así como "lo siento, este mes no le pagaremos y además le cerraremos la cuenta".

Y siendo honestos, la pantallita de ganancias dice claramente:

"Los ingresos finales pueden ser ligeramente inferiores a los ingresos estimados".

Y sí, de hecho había pequeñas reducciones, dinero más, dinero menos... ¿pero 2.50? como que es un margen bastante amplio, sobretodo cuando se aspira a ganar dinero para comer y pagar las cuentas. Uno siempre espera tener más dinero, NO menos dinero, y sobre todo NO menos dinero que el que realmente se había acumulado.

Por lo pronto seguiré trabajando para que esto ya no vuelva a ocurrir, al menos para que si vuelve a ocurrir no me importe tanto. Ya se sabe, es mucho menos penoso regalar 2 dólares cuando ganas 1,500 al mes que cuando con trabajos llegas a 20 por decir algo.