BONO EXTRA

BONO EXTRA

Hace algunos meses que en la oficina se inició una restructuración del personal, durante ese tiempo se acordó que yo recibiría un bono extra por cuatro meses, a cambio claro de realizar actividades de apoyo que pudieran ayudar a facilitar todo este proceso.


Pues bien, esto fue a finales de mayo, y justo hace dos días -un día antes de que pagaran la quincena- me van diciendo: "Por cierto, tu bono ya terminó la quincena pasada, esta que viene ya se paga normal".

¡Qué rayos!

El acuerdo era por cuatro meses, pero según la administradora no hubo presupuesto autorizado para continuar con la "ayuda" (creo que se le olvida que no era una ayuda, que era a cambio de trabajo adicional que hasta la fecha sigo realizando), y que por lo tanto no se me seguirá pagando el extra.

Todavía me parece inverosímil que tengan el descaro de decirlo así con tanta tranquilidad, como si uno no viviera de su salario, como si la gente trabajara de tiempo completo por mero pasatiempo. Vamos, es comprensible que se acabe el presupuesto, que cambien los planes y la estrategia; pero ¿qué te avisen un día antes de la fecha de pago? porque sinceramente yo no creo que la administradora se haya enterado de eso en ese momento o minutos antes de comunicármelo, definitivamente ella estaba consciente y tenía la obligación de informarmelo.

Me parece sumamente irresponsable. Claro, la organización no es responsable de mi estado financiero ni mucho menos, y seguramente le importan un pepino mis problemas económicos; pero me parece que en todo lugar en donde se maneja personal debe haber un mínimo de sentido común y respeto por las personas que tienes a tu cargo, creo yo.

En fin, pues a conseguir fuentes extra de dinero para sobrevivir esta quincena de recorte sin previo aviso.

FIN DE SEMANA

FIN DE SEMANA

Desde hace varios meses que no tengo un fin de semana libre, ya que de vez en vez me toca trabajar algún sábado, o domingo, o incluso ambos días.



No me molesta, a fin de cuentas me reponen mis días entre semana; pero desde el inicio del año mi novio y yo habíamos planeado escaparnos un fin de semana para aprovechar un paquete de viaje que le habían regalado y que sólo se podrá canjear antes de noviembre, de manera que durante todo el año simplemente no hemos podido concretar este plan.

Por fin -según yo creía- se presentó la oportunidad, había trabajado un fin de semana completo y podría pedir dos días de reposición e incluso juntarlos con el siguiente fin de semana. Muy alegre por este suceso, le platiqué a mi novio y le pregunté si sería buena ocasión para fugarnos en el tan esperado viaje. Muy emocionado me dijo: ¡Hagámoslo!.

Yo estaba feliz, empecé a arreglarlo todo: confirmar en el trabajo que faltaría jueves y viernes, elaborar la lista de tareas que haría mi voluntaria para ayudar a suplir mi ausencia esos días, descargar la mayor parte de trabajo posible para que no tuvieran que localizarme más que por alguna emergencia y declinar las diversas invitaciones para eventos de fin de semana. Todo eso en lunes.

Para mi sorpresa, el martes me visita mi chico y me cuenta que es muy posible que vaya a tocar el viernes por la noche (él tiene una banda de rock); pero que no me preocupe, que de todas maneras podemos hacer el viaje, sólo que habría que salir sábado en la mañana en vez de viernes por la tarde. Eso fue por la noche.

El miércoles por la mañana, checaba mi perfil de Facebook (cosa muy usual en estos días). Nos habían invitado a los dos a una carne asada en sábado, no confirmé mi asistencia a sabiendas de que no íbamos a ir porque ese día estaríamos en Ixtapa. Y de repente me topo la carita feliz de mi novio que justo unos minutos antes había actualizado: "Tal vez asista".

Así que uno empieza a desconfiar, primero que si hay tocada y luego que si tal vez vaya con los amigos. Me di cuenta de que él en realidad no quería salir, lo cual primero me decepcionó, porque se supone que los dos estábamos emocionados con esto (evidentemente no era así), y luego me enojó, porque yo había cancelado muchas cosas para poder pasar el fn de semana con él.

Finalmente, en la noche pasó a la casa. Llegó bastante bien, pero al poco rato me dice que tiene un horrible dolor de cabeza y que se siente muy cansado, y mientras le traigo una aspirina me dice: "Oye, ¿no podríamos irnos de viaje otro día?".... Me quedé sin palabras, literalmente.

¿Por qué carajo la gente es así? ¿Por qué si no quería ir simplemente no lo dijo? ¿Por qué darle vueltas a todo el asunto? Y si al principio quería ir y después cambió de opinión... ¿no podría haberme avisado antes?

Como no respondía nada (en realidad no quería responderle nada, tenía todas estas preguntas en la cabeza y el coraje atravesado en la garganta, de haberle respondido probablemente lo habría hecho con algún improperio), pues él empezó a explicar que no tenía dinero para el viaje y que si lo hacíamos tendría que pagar muchos gastos con la tarjeta de crédito que de por sí ya estaba hasta el tope y que no sabía como decirme todas esas cosas. Justo cuando dijo todo eso me sentí completamente agachada, me sentí triste de que no tuviera la suficiente confianza como para explicarme la situación.

Él noto mi cara de tristeza e inmediatamente me dijo: "Sabes qué, olvídalo, vamos al viaje; tú misma lo dijiste, si no lo hacemos este fin de semana tal vez no lo hagamos nunca". Quizá él pensaba que estaba decepcionada por cambiar los planes y no irme de vacaciones un fin de semana, no era así.

Lo miré a los ojos y le pregunté: "Te voy a preguntar y por favor contéstame con la verdad ¿Se puede o no se puede?" Él sólo respondió: "Vamos".

No era la respuesta que quería escuchar, me hubiera gustado que fuera un poco más sincero conmigo en cuanto a la cuestión financiera. Entiendo claro que no desea decepcionarme, que quiere verme contenta y cumplir mis antojos; pero se supone que una relación se trata de compartir, dialogar, planear juntos, y no que una sola parte se sacrifique tratando de complacer al otro. Y ahora, aun cuando vayamos, no podré disfrutar del todo del viaje sabiendo que él tendrá que hacer sacrificios inncesarios; y digo innecesarios porque a final de cuentas no se trata de un caso de emergencia, sino de una actividad que se puede postergar y ahorrar un poco más para hacerla.

Si él me hubiera dicho desde el inicio que no era conveniente porque estaba corto de fondos, me hubiera evitado bastantes corajes y complicaciones. Simplemente hubiéramos hecho planes distintos y disfrutado de un fin de semana agradable, después de todo también había muchas actividades en puerta de las cuáles escoger.

Ojalá la gente fuera más sincera, al menos con las personas en las que se supone confía.

SER PROFESIONAL Y TENER BUENA IMAGEN

SER PROFESIONAL Y TENER BUENA IMAGEN

Voy rumbo casa en un trolebús platicando con una persona que estimo inteligente y capaz, y de repente me sorprendo con un comentario extraño que llama mi atención: "Vaya, si estos como desperdician el papel".



Al inicio realmente no entendía a que se refería mi amigo, me imaginaba que quizá esperaba que la redacción de lo que leía estuviera impresa en papel reciclado, o que tal vez los párrafos no ocupaban la totalidad de la hoja, o veinte mil razones más; pero al preguntarle, su respuesta me decepcionó un poco: "Pues mira, dejan muy poco margen en las hojas, que trabajo tan poco profesional, que desperdicio imprimir esto en dos hojas si no lo van a hacer bien".

Me pareció un comentario bastante superfluo, así que respondí tratando de señalar que lo realmente importante es lo que el autor nos transmite y no el espacio que adorna su artículo. Lo cual dio pie al siguiente diálogo:

-¿Así que la profesionalidad de un trabajo se mide por el tamaño de sus márgenes y no por su contenido?

-No, pero también es una cuestión de imagen y hay que parecer profesionales. Es por eso que yo insistía tanto en hacer el evento de Querétaro en un lugar importante y no en una escuelita, hay que dar buena imagen.

-Ah ¿pero que no es más importante llegar a la gente, que dar una "buena" imagen?

-Pero yo no quiero llegar a la gente, quiero que nos vean el gobierno y los periodistas, que vean que podemos ser como ellos.

-Hum... ser como el gobierno, ¿te refieres a ser elitistas e ignorar al pueblo?

-No se trata de eso, se trata de demostrar que podemos hacer lo mismo que ellos y presentarnos en los mismo lugares si se nos pega la gana.

Afortunadamente en ese punto llegamos a nuestro lugar de destino, de lo contrario la conversación hubiera subido de tono, y ya bastante molesta estaba en este punto; pero más que molesta, decepcionada. A este amigo no sólo lo consideraba inteligente y buena persona, creía sinceramente que era una de esas personas que luchan día a día para cambiar al mundo, convertirlo en un mejor lugar para todos y pensar primero que nada en la gente más necesitada. Después de todo el hombre trabaja en un organización reconocida internacionalmente por ayudar a la gente a luchar contra la injusticia.

Si la gente que quiere cambiar al mundo hace esta clase de comentarios ¿qué puedo esperar de los demás?

Si las "buenas personas" tienen esta clase de prejuicios entonces cómo vamos a promover un cambio.

Digo, me indignan muchas cosas que suceden en el mundo, y creo que hay mejores maneras de cambiar esa situación que sólo unirme al sistema en donde sólo los poderosos tienen voz.

COMPROBACIÓN DE GASTOS

COMPROBACIÓN DE GASTOS

Soy asistente en una oficina, aunque después de año y medio no me queda muy claro a quien debo asistir y en ocasiones parece que soy achichincle de todos.



En fin, entre las tantas tareas que tengo que hacer está solicitar recursos para que algunas reuniones se puedan llevar a cabo. Dicho de otra manera, pedir dinero para comprar comida y pagar autobuses. Debo decir, no soy la única que pide dinero a la organización, ni la única que hace solicitudes, ni la única que tiene que comprobar gastos, de hecho hay docenas de personas que lo hacen todo el tiempo a lo largo del año. Así que yo no entendiendo, por qué de repente la administradora se ensaña conmigo al pedir cuentas, cuando soy de las pocas personas que le entrega todo en tiempo y forma.

Vamos, que apenas se hicieron las reuniones el sábado y para el lunes ya me estaban pidiendo la comprobación: "Es que ya no podemos ser tan permisivos, de ahora en adelante las comprobaciones deben ser inmediatas" -dice la administradora. Carajo, por qué no le dice eso a esa persona que se gastó como treinta mil pesos hace tres meses y todavía no termina de comprobar (además de que envió su relación de gastos escrita en una servilleta). Y todavía me dicen: "Si quieres te podemos ayudar...", ya no sé si la licenciada creerá que soy tan estúpida como para no saber llenar un formato de comprobación de gastos o si será que no le agrego el detalle coqueto de las servilletas.

Pues ni modo, a seguir aguantando reproches, porque es un hecho que yo tengo mil cosas que hacer antes que darle prioridad al llenado inmediato de formatos. Que se esperen en la Unidad Administrativa unos días  según los límites de los lineamientos financieros, que yo al fin al cabo SÍ les cumplo. Y sí, tal vez algún día empiece a entregar comprobaciones inmediatas, cuando se le exija de la misma manera al resto de los deudores.

QUEJAS Y RECLAMOS

QUEJAS Y RECLAMOS

¿Por qué quejas y reclamos? La idea de crear este blog nació tras uno de esos días en que te pasan cosas realmente frustrantes pero que por alguna razón no le puedes contar al primero que pase.

Es cierto, cuando algo no sucede como quisiéramos corremos a quejarnos con nuestros amigos; pero no siempre ellos estarán con el humor para escucharnos, o quizá también tuvieron un día horrible y prefieren que seamos nosotros quienes escuchemos, incluso habrá veces en que simplemente no queremos abrumar a los seres queridos con cosas negativas o tristes. Sin embargo, a pesar de todas estas condiciones siempre tendremos la necesidad de desahogarnos y contar las cosas terribles que nos pasaron, y esta es la razón de ser de este blog: simplemente quejarse.

No olviden escribir sus quejas y reclamos en la sección de comentarios, y si su queja es muy larga la publicaremos como entrada.